Siempre vuelve a amanecer

Siempre vuelve a amanecer
SIEMPRE VUELVE A AMANECER

domingo, 1 de julio de 2012

DISCAMINO (69): no somos nada

          Muy a menudo nos creemos que somos algo especial y maravilloso, el ombligo del mundo o algo parecido. Eso nos ha pasado a casi todos alguna vez. Habrá quien piense que somos la bomba por hacer lo que hacemos y si no tenemos cuidado es posible que hasta nosotros mismos caigamos en la tentación de pensarlo de vez en cuando. Nada más lejos de la realidad. Siempre habrá quien nos ponga de nuevo los pies en el suelo. Me viene a la memoria una vieja poesía de Calderón de la Barca que decía algo así como: 
Cuentan de un sabio que un día 
tan pobre y mísero estaba, 
que solo se sustentaba 
de las hierbas que cogía. 
¿Habrá otro, entre sí decía, 
más pobre y triste que yo? 
y cuando el rostro volvió 
halló la respuesta viendo, 
a otro sabio que iba cogiendo 
las hierbas que él arrojó.
          Esta mañana hemos parado a tomar el bocata en Mansilla de las Mulas. Lo hicimos junto al cruceiro de los peregrinos, ese que tanto juego dio en el documental de Beloke cuando Gerardo confundió la postura en escorzo del peregrino durmiente con la semiflexión de un peregrino "cagante".

MARIMAR DÁNDOLE UN YOGUR A ANTONIO DELANTE DEL CRUCEIRO
          
          Al terminar el bocata Gerardo quiso ir al baño. Le acompañamos a un bar aprovechando que Dani se iba a tomar un cafetito. La camarera nos dijo que el baño de caballeros estaba ocupado pero que podíamos usar el de señoras. Así lo hicimos. Mientras estaba esperando en la penumbra del pasillo a que Gerardo acabara, se abrió la puerta del aseo de caballeros y vi salir a una persona que parecía tener algún tipo de discapacidad. Caminaba un poco encorvado y arrastrando un poco una pierna; llevaba la mano derecha encogida en la postura típica del afectado cerebral y la boca medio abierta, con la mandíbula un poco colgante y con un poco de saliva escurriéndole por la comisura de los labios. Le saludé pero no me contestó, aunque se me quedó mirando. Un rato más tarde Gerardo terminó y, al salir de la cafetería, me volví a cruzar con la persona del baño. Su expresión cambió radicalmente al verme llevar a Gerardo de la mano. Nos miró con curiosidad y comenzó a recoger apresuradamente sus cosas. No cabía ya la menor duda de que era una persona con necesidades especiales.
          Al llegar de regreso al cruceiro comenzamos a recoger nuestros trastos para reanudar la marcha. Estábamos en ello cuando vi acercarse a la persona del bar. Iba vestido de ciclista y empujaba con las manos una bicicleta de ruta equipada con alforjas. La apoyó en un banco, se quitó de la espalda una pequeña mochila, la abrió y sacó de su interior un papel y un trapo. Se secó la saliva de la barbilla y me alargó el papel con la mano izquierda, la buena. 

MI NOMBRE ES RODNEY ANDERSON,
LAMENTO NO HABLAR NI LEER SU PROPIO IDIOMA. SOLO HABLO INGLÉS.
NO PUEDO HABLAR DEBIDO A UN ERROR MEDICO DESDE HACE 25 AÑOS.
UN TRATAMIENTO EQUIVOCADO ME DEJO SIN HABLA.
ME GRADUÉ EN LA UNIVERSIDAD.
MI OÍDO ES EXCELENTE.
PUEDO ENTENDER TODO LO QUE ME DIGA EN INGLÉS.
PUEDO RESPONDER DESDE MI ORDENADOR O CON SIGNOS SIMPLES:
PULGAR ARRIBA=SI; PULGA ABAJO=NO.
           Sacó su cámara de fotos y, acercándose tímidamente, nos pidió que le hiciéramos una foto con Antonio. Le dijimos que sí, que por supuesto, y le animamos a acercarse más y a cogerle la mano a Antonio. Se le iluminó la mirada de esa forma tan especial en que se le suele iluminar a este tipo de personas tan especiales. Le dijimos  que Antonio era paralítico cerebral y Gerardo sordo-ciego. Quiso también fotografiarse con Gerardo y nosotros quisimos fotografiarnos con él. Nos enseñó su bicicleta. La tenía preparada para accionar los frenos de ambas ruedas con una única maneta situada en el lado izquierdo, el de su mano buena. Estábamos alucinados y Rodney emocionado de haber encontrado a alguien como él. No pudimos contenernos y le abrazamos con fuerza mientras le decíamos lo mucho que admirábamos su coraje y valentía. Sacó otro papel en el que nos mostró su dirección de correo electrónico. Quería mantener el contacto y, por supuesto, le dijimos que sí, que le escribiríamos. 
          Rodney tiene 51 años, no habla, anda con dificultades y su mano derecha apenas le sirve para nada pero hoy estaba en Mansilla de las Mulas con su bicicleta y sus alforjas, completamente sólo, Camino de Santiago.


¿Y NOS CREEMOS ESPECIALES?
TÚ SÍ QUE ERES ESPECIAL, RODNEY.

OTRO SABIO QUE IBA COGIENDO
LAS HIERBAS QUE ÉL ARROJÓ
NO ME DEJES CAER EN LA TENTACIÓN

1 comentario:

  1. Buffff¡ Quita el apartado de comentarios. Después de leer y ver que personas tan valientes hay en el mundo, hasta me da vergüenza escribir.
    Valientes. Bueno Piti, no tanto, je je je

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