Hace días que alguien me dijo que tenía el blog abandonado. Le respondí que este blog sólo crece cuando hay algo nuevo que contar y que para que haya cosas que contar primero tienen que suceder. Es cierto que hay blogs en los que sus autores hablan de pensamientos, de libros que han leído, de películas que han visto o quieren ver,... pero ese no es nuestro caso. Para que una NUEVA ENTRADA (así es como se llama en el argot blogero a un escrito nuevo) vea la luz, ha tenido que pasar algo y debe ser algo que pensemos que merece la pena ser contado para que los que lo leen (si es que aún hay alguien que lo hace) no se aburran.
Cuando acabéis de leerlo os daréis cuenta de que el título que le he puesto no se puede decir que sea muy MUY exacto porque la verdad es que no voy a hablar del final del DisCamino. El DisCamino no va a terminar. Al menos no terminará.....
...mientras queden personas que, a pesar de tener una discapacidad que les impida hacer las cosas por sí solas, tengan un espíritu tan auto-suficiente y tan fuerte que les haga salir de sus casas a plantar cara a la adversidad...
...mientras Gerardo siga con ganas de seguir pedaleando y viviendo aventuras en compañía de otros discapacitados como él...
...mientras Rafa continúe con esa ilusión que le hace poner cara de frustración cada vez que tiene que perder un entrenamiento porque otras obligaciones familiares le reclaman...
...mientras nos queden fuerzas para acompañarles o les queden a los que vengan detrás de nosotros...
...mientras Maxi siga entrenando para hacer realidad su sueño de hacer el Camino de Santiago el año que viene...
...mientras Ángel siga creciendo y fortaleciéndose y llegue a poder cambiar la DUET por la COPILOT...
Tampoco voy a hablar del final del DisCamino-2012, aunque ese sí que está cada vez más cerca, afortunadamente. Y digo afortunadamente porque llegará a su fin en el momento justo en el que podamos hacer entrega a APAMP, ACPACYS y ASPAVI de las cosas que, gracias a vuestra colaboración, se hayan podido conseguir para ellos. Y de ahí viene lo del título. Ayer empezamos a "entregar". Fui con Dani a recoger y luego a ASPAVI a llevar la primera de esas cosas. Se trata de una cinta de esas que se usan en los gimnasios para correr.
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| GERARDO PROBANDO LA CINTA EN PRESENCIA DE REBECA, TRABAJADORA DE ASPAVI |
¿Por qué precisamente ese aparato? Muy sencillo. Creo que en alguna entrada de este blog hemos hablado del deterioro progresivo de las condiciones físicas de Gerardo. Cuando vamos a algún sitio a dar una charla y sale este tema siempre decimos que "en un futuro, esperamos que muy lejano, Gerardo acabará en una silla de ruedas" porque cada vez le cuesta más mantener el equilibrio para andar y, por tanto, cada vez resulta más costoso y exigente para su guía el ayudarle a hacerlo. Pues bien, para una parte de su vida diaria, el momento ha llegado. Sus padres, mayores y delicados de salud, ya no pueden con él. Desde hace un par de meses ya tienen en casa la silla de ruedas y cada vez que salen con su hijo a la calle no les queda más remedio que sentarlo en ella. Por eso la idea de la cinta. Por supuesto que no va a correr en ella pero lo que sí que hará será caminar porque bien agarrado, bien apoyado, puede seguir haciendo uso de su piernas para ese menester. Con ello trataremos de paliar, con el ejercicio que haga en ella en el centro, la segura atrofia que se le avecinaba.
Un final que es un nuevo principio. La entrega es el final. La cinta es el principio de la entrega. Los triciclos ya están en camino. Sólo quedan un par de detalles y nos los enviarán desde Holanda. Pero eso ya os lo contaré otro día.
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