La primera sucedió el miércoles y fue la visita de las "4 mosqueteras" a casa de Gerardo (por supuesto él no sabía nada ya que, de haberlo sabido, se le hubiera hecho insoportable la espera y, de paso, se la hubiera hecho insoportable a todos los que andan a su alrededor). Quedamos citados en el portal de su casa poco después de que él llegara de ASPAVI. Su madre, que estaba en el ajo con nosotros, nos abrió la puerta y nos llevó hasta la cocina. Allí, sentado en una silla y con los codos apoyados en la mesa estaba Gerardo. La cara que tenía podría usarse para hacer un anuncio sobre el hombre más aburrido del mundo. Le saludé y le expliqué a quien tenía allí mirándole. Al principio se quedó parado sin entender ni "jota" de lo que le decía. Pasaron unos segundos y se lo repetí: "han venido cuatro chicas a verte". Se le iluminó la cara y una sonrisa pícara le corrió de oreja a oreja: "¿quién ha venido Javier? Dímelo, quien ha venido" y se dobló de risa. "Dímelo tú", le contesté y le dije a Eva que se acercara. Le cogió la mano y Gerardo se la acarició y volvió a preguntar: "¿quién es? ¿Quién es Javier? Tiene gafas. ¡Eva! ¡Es Eva!" y de nuevo otra de sus carcajadas. La abrazó tan fuerte que casi la deja sin respiración. Del mismo modo reconoció primero a María y después a Gabi. Las abrazó una por una y empezó a hablar por los codos queriendo enseñarles todos sus tesoros: las medallas de las competiciones deportivas, la copa que le regalaron al finalizar su primer Camino, sus instrumentos musicales, la tele-lupa, las mancuernas con las que hace pesas,... Pasaba de una cosa a la otra sin darles tiempo a verlas con calma y estaba tan nervioso que no era capaz de dejarles terminar sus frases. Quería y creía adivinar lo que iban a decirle y les cortaba la palabra respondiendo las cosas más disparatadas. Noa llegó un poco más tarde y también recibió su correspondiente fuerte y largo abrazo. Le llevaron una postal gigantesca con una foto de cada una de ellas más las de Teresa y Nati. Letras enormes que decían: FELIZ CUMPLEAÑOS. La puso en la tele-lupa y la estuvo mirando un rato, hasta que le dijimos que ya la vería más tarde.
Llegamos a su casa a las siete de la tarde, yo tuve que marcharme a las ocho y ellas se quedaron casi hasta las diez y media. Ángeles, la madre de Gerardo, me dijo al día siguiente que se lo había pasado en grande y que se tiró un siglo embobado mirando la felicitación en la tele-lupa. También al día siguiente, recibí un correo de Eva. Decía así: "Creo que habrá que recaudar muuuuucho dinero porque según Gerardo todas
vamos a ir con él en la bici al camino de 2013. Entre eso y que ya
organizó parte de mi futuro... porque, otra novedad más, también va a
ahorrar para comprar una furgoneta que yo conduciré y él y María tocarán
el bombo por los pueblos. La verdad es que en estos tiempos nunca viene
mal una alternativa a mis estudios :)"
Sois geniales chicas. Muchas gracias.
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