Siempre vuelve a amanecer

Siempre vuelve a amanecer
SIEMPRE VUELVE A AMANECER

sábado, 31 de enero de 2015

DISCAMINO (113) [2014.13]: Roma-Veintimiglia con Gerardo (1ª parte)

SI QUIERO SER MEDIANAMENTE JUSTO, NO PUEDO ESCRIBIR UNA PALABRA MÁS SIN DAR MARCHA ATRÁS Y VOLVER POR UN MOMENTO A LOS ORÍGENES DE LA AVENTURA. NADA DE LO QUE HASTA ESTE MOMENTO HABÉIS LEÍDO Y NADA DE LO QUE A PARTIR DE AHORA VOY A ESCRIBIR, HUBIESE SIDO POSIBLE SIN LA AYUDA DESINTERESADA DE UN GRUPO DE PERSONAS Y EMPRESAS, AMIGOS UNOS Y DESCONOCIDOS OTROS, QUE DECIDIERON ECHARNOS UNA MANO PARA COLABORAR EN EL LOGRO DE ESTE SUEÑO. LES HE DADO LAS GRACIAS UN MONTÓN DE VECES PERO, POR MÁS QUE LO HAGA, NUNCA LLEGARÉ A AGRADECERLO LO SUFICIENTE. CADA ETAPA DE LAS 45 QUE EMPLEAMOS EN REALIZAR EL DISCAMINO-2014 CONTÓ CON UN PATROCINADOR Y, A MAYORES, HUBO OTROS AMIGOS QUE TAMBIÉN COLABORARON PERO QUE NO TUVIERON SU ETAPA, BIEN PORQUE YA NO QUEDABAN, BIEN PORQUE SU AYUDA FUE MAYOR Y SE CONVIRTIERON POR DERECHO PROPIO EN LO QUE LLAMAMOS "PATROCINADORES ANUALES". CADA UNO DE ELLOS APARECERÁ EN ESTE RELATO EN SU MOMENTO JUSTO. RUEGO QUE, SI ME DEJO A ALGUNO EN EL TINTERO, ME LO HAGA SABER DE INMEDIATO. PODÉIS ESTAR SEGUROS DE QUE HABRÁ SIDO SIN QUERER. IMPLORO VUESTRO PERDÓN POR ADELANTADO.

PATROCINADORES DE TODO EL AÑO
- BARROCCO -
- S.C.D. ATLÁNTIDA DE MATAMÁ -
- LA CAIXA -
- UNIVERBUM -
- CLUB DE ATLETISMO CASTRELOS 20:30 -
- RESTAURANTE CASA COLONIAL -

COLABORADORES SIN ETAPA
ASOCIACIÓN DE OCIO E INCLUSIÓN SOCIAL "VIGO ENTRENA"
COMPAÑEROS DE LA POLICÍA LOCAL DE VIGO
PERSONAL DE LOS 3 CAMPUS DE LA UNIVERSIDAD DE VIGO
A GOLPE DE PEDAL (Asociación de usuarios de bicicleta)
AGUEDA Y FREDY de "BAMBALINA" ESCUELA DE DANZA
COTERENA
SERVOTEK
MONTAJES BEER GALICIA
JUMIGAL
KALEIDO IDEAS & LOGISTICS
CARRERA NOCTURNA "CORRENDO POR VIGO"

No puedo dejarme en el tintero a los amigos y familiares que también compraron ETAPAS-00 y no tienen logo

- IÑAKI y PILAR 

- ANA MARÍA Y DANIEL, HERMANOS DE JOSE VARELA 

- FAMILIA NATURIL-ALFONSO

- ANDRÉS, ALCALDE DE PAZOS DE BORBÉN

- JAVIER, ALCALDE DE REDONDELA

- AGUSTÍN, ALCALDE DE SOTOMAYOR 

- MI HERMANO ÓSCAR

- TORNEO DE VOLEY PLAYA BAYONA-2014

- ELENA MARINA ZOUK Y SUS ALUMNOS

- VOLEIBAO

- MATIZ VIGO - ESTAMPACIONES Y BORDADOS

- MI HERMANA PILAR

- FERNANDO SAMPEDRO

- DR. ANTONIO NOVO

- INÉS CASAL, IAGO Y DIEGO

- GASOLINERA CHAN DE AMOEDO

- VECINOS Y AMIGOS DE PAZOS que participaron en el BINGO de la ASOCIACIÓN RECREATIVA Y CULTURAL STA MARÍA Y STA BÁRBARA DE PAZOS DE BORBÉN

- GRUPO ESCOLAPIOS 8º EGB 1975

- TONI "TOMPÓ": "PORQUE TODOS DEBERÍAMOS ENCONTRAR UNA PEQUEÑA GRAN EXCEPCIÓN EN NUESTRO CAMINO"

- PEDRO ALONSO

- TÍO PIÑO "PIÑITO" (TÍO DE MAXI)

- MANUEL VIDAL

- OFICIAL ÓSCAR, COMPAÑERO Y AMIGO

- COMPAÑERO JAVIER ALVARADO

- COVELA QUINTELA

- MAMÁ DE MAXI Y FAMILIA



          Y ahora sí, empezamos.

LA PRIMERA ETAPA, VIGO-IRUÑELA EN FURGONETA, FUE PATROCINADA POR ALBERTO, ANGÉLICA E IRENE 



EL TERCER DÍA DE VIAJE, ALBISSOLA MARINA - ROMA, FUE PATROCINADO POR
"EL MARATÓN DE SUSI, EDU, ALICIA Y RAQUEL"

           Habíamos dejado la historia saliendo a toda velocidad del Vaticano con los ojos escurriendo lágrimas como si fuéramos todos unas "Marías Magdalenas". Teníamos una prisa loca por largarnos de allí porque era casi mediodía y aún había que pedalear los casi 70 kms que separan Roma de Vetralla. Pero, antes de pasar a eso, hay un par de cosas que tengo que decir y todas ellas tienen la misma protagonista: BÁRBARA, la novia romana de Vito. Llevábamos tres días de aventura y ya habíamos sido tocados en dos ocasiones por las alas de los ángeles: en Iruñela y en Albissola, es decir, la familia de MariJose y Antonia y Umberto. Pues bien, Bárbara fue el tercer ángel de este Camino. 

          COSA PRIMERA: La noche del martes nos invitó a cenar en su casa. Nos recogió con su moto en el albergue a las 19:30 y nos dejó de nuevo allí al terminar la cena. Entre medias nos deleitó con lo que Gerardo llamó "macarrones gigantes", el tipo de pasta más grande que cualquiera de nosotros había comido alguna vez, paccheri. Casi nos morimos de risa cuando el coleguilla empezó a comer. Él había preguntado qué era lo que íbamos a cenar y le habíamos dicho que macarrones. Estaba avisado de que eran unos macarrones especiales, un poco grandes. Se le pusieron los ojos como platos al meterse el primero de ellos en la boca. No daba crédito a lo que notaba. Aún lo tenía casi sin masticar cuando explotó en una risa descontrolada que enseguida nos contagió a los demás. Medio masticaba, medio farfullaba algo así como... "son macarrones gigantes, jajajaja..." Le quedaron tan grabados,  que a lo largo de la ruta se acordó en numerosas ocasiones de aquella cena y, cuando llegamos a Santiago y Víctor Bello le preguntó que era lo que más le había gustado del Camino de ese año, lo primero que mencionó fueron los macarrones grandes de Bárbara.  Aún es hoy el día en que, de vez en cuando, los saca a colación entre risas.

DESPUÉS DE LA CENA

          COSA SEGUNDA: El miércoles iba a ser el gran día, el de la visita al Papa; pero también iba a ser un día muy complicado: teníamos que levantarnos, vestirnos, desayunar, recogerlo todo, cargar la furgoneta, desplazarnos al Vaticano, aparcar la furgoneta cargada hasta los topes (triciclo y bicicletas incluidas) en un lugar seguro no demasiado lejos de la plaza de san Pedro, llegar a la puerta de Santa Ana antes de las 08:30, participar en la recepción, salir de allí, coger la furgoneta, salir de Roma y llegar pedaleando a Vetralla a una hora prudente. Me canso sólo de escribirlo, pero... lo hicimos... y salió rodado, sin el menor percance ¿y todo gracias a quién? En efecto, gracias a ella, a Bárbara. Nos vino a recoger a las 07:30 y nos guió una vez más con su motoreta. Ya había buscado un parking en el que cabía la furgoneta en una calle cercana al Vaticano. No podíamos haber tenido más suerte. Cinco minutos andando y estábamos con el grupo de argentinos en la cola de entrada. Una verdadera bendición esta mujer. Su buena voluntad y su ayuda tuvo una pequeña recompensa y fue que... ella, creyente y católica practicante, residente en Roma, nunca había visto al Papa y se moría de ganas de verlo. Pues bien, al llegar a la altura del guardia que tenía la lista de personas autorizadas a entrar, cuando me preguntó cuántos éramos, aunque en nuestra carta habíamos pedido invitaciones para cinco, cerré los ojos y dije casi preguntando y como pidiendo permiso "¿siete?" Y siete me dieron.
               
ESE DÍA, EL DE LA VISITA AL PAPA Y LA PRIMERA ETAPA DE PEDALEO, EL PATROCINIO CORRIÓ A CARGO DE NUESTRO BUEN AMIGO DAVID GIL, UN LUCHADOR CONTRA LA LEUCEMIA MEDIANTE LA CAPTACIÓN DE DONANTES DE MÉDULA

          Salimos de la plaza de San Pedro y lo primero que hicimos fue algo de lo más prosaico, buscar un sitio en el que Gerardo pudiera echar una meada. Pedimos permiso en una estafeta de correos y, con la excusa de que "el pobre es sordo y ciego y casi no anda", nos dejaron entrar a sus baños privados. Ni que decir tiene que varios de nosotros dejamos también allí algo nuestro, jeje. Acto seguido fuimos a recoger la furgoneta del parking y, al ir a pagar, el encargado nos pidió 11 euros. Estaba a punto de darle el dinero cuando Bárbara se acercó y me preguntó por el importe reclamado. Se puso muy seria cuando le dije lo que nos había pedido y se volvió como una centella hacia el paisano. Resulta que, cuando había reservado el sitio la semana anterior, había regateado con el jefe fijando el precio en sólo 7 euros y eso fue lo que finalmente se le dio. Una mina esta mujer. 
          Nos llevó desde la callejuela del aparcamiento de vuelta a la vía de la Conciliazione y dijo que le esperáramos allí mientras iba a su casa a por el coche para sacarnos de Roma. Finalmente, en vista de la hora que era, después de darle muchas vueltas, habíamos decidido hacer en furgoneta algo más de la mitad de la etapa, parar a comer y subirnos luego en las bicis para pedalear los últimos 20 kms hasta Vetralla. Bárbara nos sacaría de la ciudad y nos encaminaría hacia nuestro destino. De repente nos acordamos de que no habíamos sellado las credenciales y, mientras los demás esperábamos,  Estela y Vero se fueron corriendo a buscar la oficina del peregrino.


ESTA ES LA CREDENCIAL QUE UTILIZAMOS ESTA VEZ. ES LA DE LA RUTA FRANCÍGENA, LA QUE UNE ROMA CON CANTERBURY, UNA PEREGRINACIÓN MEDIEVAL QUE LAS ASOCIACIONES ITALIANAS, EN COLABORACIÓN CON LAS JACOBEAS, ESTÁN TRATANDO DE UNIR CON SANTIAGO DE COMPOSTELA

          Más de media hora tardó Bárbara en regresar y, cuando lo hizo, vimos que venía con el coche cargado hasta los topes. Lo que más nos llamó la atención fue la bicicleta que se veía a través de los cristales. Era como si estuviera de mudanza. La explicación llegó después de comer. Nos preguntó si le dejábamos acompañarnos en su bicicleta. Su idea era llegar hasta Vetralla con nosotros y luego darse la vuelta y regresar sola a por el coche. Por supuesto que le dijimos que sí. 
          Comimos en un bar-pizzería de la carretera regentado por un matrimonio y su hijo. El hombre era de origen español y tanto él como los demás fueron extraordinariamente amables con nosotros. Cuando nos vieron sacar las bicis y el triciclo de la furgo, pensaron que íbamos hacia Roma. Se quedaron a cuadros cuando les dijimos que no, que veníamos de Roma y que íbamos a Santiago. No se lo podían creer. No me extraña, aún no me lo creo yo. 

POR FIN NOS SUBIMOS A LA BICI. GERARDO ESTABA LOCO POR EMPEZAR A PEDALEAR Y LO MISMO TODOS LOS DEMÁS. PERO... FALTÓ POQUITO PARA QUE SE NOS COMPLICARAN LAS COSAS. RESULTA QUE LES PEDIMOS PERMISO A LOS SEÑORES DEL BAR PARA PONERNOS LA ROPA DE BICI EN EL CUARTO DE BAÑO. FUIMOS ENTRANDO Y SALIENDO Y, A ÚLTIMA HORA, GERARDO Y YO VOLVIMOS A ENTRAR PARA LIBERARLE DE UN APRETÓN  FINAL. CUANDO SALIMOS NOS ENCONTRAMOS CON LA DUEÑA DEL ESTABLECIMIENTO CERRANDO LA PUERTA DESDE FUERA. NO SE HABÍAN DADO CUENTA DE QUE HABÍAMOS ENTRADO DE NUEVO Y NOS IBAN A DEJAR ENCERRADOS.
SE HUBIESE LIADO PARDA.

          Tener que subirse a la bici a esas horas, recién comidos y con el sol cayendo a plomo sobre el asfalto, aunque sólo fuera para hacer veinte kilómetros, no parecía lo más apetecible del mundo pero, después de 2.500 kms en furgoneta, el largo día que llevábamos ya entre pecho y espalda y todas las emociones vividas hasta el momento, estábamos deseando hacerlo. Bastaron un par de kilómetros para darnos cuenta de lo peligrosas que eran las carreteras italianas. A la ausencia prácticamente total de arcenes, había que sumar la temeridad de sus conductores. Estábamos tomando una curva con un pequeño desnivel ascendente cuando escuchamos un ruido parecido al que haría una locomotora pasando por una estación a todo trapo. No tuvimos tiempo ni de girarnos a mirar cuando ya sentimos en nuestro pellejo la barbaridad que estaba haciendo aquel puñetero camionero. El tarado nos puso los pelos de punta cuando pasó como una exhalación a escaso medio metro de los manillares.


LISTO PARA EMPRENDER LA MARCHA

          Afortunadamente llegamos a Vetralla sin incidentes de importancia. Lo único reseñable fue que al montar la rueda de la bici de Estela la pusimos con una vuelta de manillar de modo que, al primer intento de tomar una curva, la pobre Polilla dio con la zapatilla en la goma de la cubierta y casi se fue al suelo. 
          Aún no eran las 6 cuando llegamos al monasterio Regina Pacis de monjas benedictinas. 



          Después de llamar a todos los timbres que encontramos, conseguimos que una señora mayor abriera una de las puertas y nos dijera que teníamos que esperar a que se terminara la misa y el rosario para que las religiosas se acercaran a atendernos. Visto lo visto, pensamos que lo mejor y lo único que podíamos hacer era sentarnos a esperar mientras Alberto y MariMar llevaban a Bárbara de regreso a su coche. Cuando lo comentamos con ella, puso cara de niña traviesa y nos preguntó si podía quedarse a pasar la noche con nosotros. Por supuesto que le dijimos que sí. 


TRAS UN PEQUEÑO REGATEO CONSEGUIMOS
CAMA, CENA Y DESAYUNO A 20€ POR CABEZA
          
          Durante el tiempo que estuvimos en el monasterio nos dimos cuenta de que en ese lugar se desarrollaba una triple función: por un lado era albergue de peregrinos (estábamos nosotros 7 y un nutrido grupo de jóvenes italianos que se dirigían a Roma), residencia de ancianos (con nosotros cenaron varios viejecitos y viejecitas que vivían allí todo el año) y casa de retiro espiritual (esto lo sé porque lo leí por allí en algún folleto). Sólo tuvimos contacto con una monja, la que nos llevó al alojamiento, nos dio la cena y el desayuno y nos cobró la estancia, pero pudimos ver a varias más durante la misa. Se daba la curiosa circunstancia de que todas ellas, a excepción de las dos más mayores, eran de raza negra y origen africano. Cada vez es más patente que las órdenes religiosas hoy en día se mantienen gracias a las vocaciones de personas de África, Asia y América Latina. 
          Aunque después de cenar nos fuimos un ratito al jardín a charlar, mirar las estrellas y disfrutar del fresco y la tranquilidad de la noche, nos acostamos bastante pronto porque al día siguiente había que volver a madrugar. Esta vez sería ya con el horario del Camino, es decir, a las seis en punto toque de diana para estar sobre las bicis como muy tarde a las ocho. Gerardo se despidió con besos de todas las chicas y, cuando ya estaba a punto de meterse en la cama, me llamó y me dijo muy bajito:
- Javier, mañana por la mañana vamos a la habitación de las "chicats" y las despertamos con el silbato para darles un susto muy "grannnnde". Jajajajajaja.

          Ni que decir tiene que le dije que sí aunque en mi fuero interno supuse que al día siguiente ni el ni yo nos acordaríamos, especialmente yo. Pero...

EL DESPERTADOR... Ring, riiiiiing, riiiiiiiinnnngggg
YO.............................. ¡¡Joder, las 6!!! (me levanto y despierto a Gerardo) 
GERARDO................. ¡¡Javier!!, ¡¡vamos a despertar a las "chicats"                          con el silbato!! Corre, no hagas ruido. Jajaja...                         Se van a dar un susto gigante. Jajajaja...

          Tal como lo cuento. Ni buenos días ni cuernos en vinagre. Lo primero que dijo en cuanto acabó de bostezar fue que había que ir a despertar a las chicas a toque de pito... y allá que fuimos. Salimos de nuestra habitación, recorrimos el pasillo y abrimos con mucho cuidado la puerta del cuarto en el que dormían Estela, Vero y Bárbara para no hacer ruido y despertarlas antes de tiempo. Una vez dentro le hice la señal convenida y.... ¡¡¡¡PÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ, PÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ, PÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!!!!
          ¿Os podéis imaginar el salto que pegaron en las camas? El gamberro de Gerardo, aunque ni las veía ni las escuchaba, se partía de risa mientras me preguntaba si se habían asustado mucho. 
          
"ASÍ HASTA EL INFINITO"
REALMENTE ALGO ASÍ ERA LO QUE SENTÍAMOS EN AQUELLOS MOMENTOS



viernes, 23 de enero de 2015

DISCAMINO (112) [2014.12]: Gerardo y el Papa Francisco

          Hace ya tiempo que tenía que haber escrito esto porque este blog es la referencia principal del DisCamino pero no siempre es posible hacer las cosas cuando tocan. Ahora que he podido poder un poco de orden en el caos que habitualmente me rodea, voy a disponer de tiempo para hacerlo. 
          El día 3 de Agosto, tal como estaba previsto en el plan de ruta, subimos a la furgoneta y emprendimos la marcha hacia Roma. 

BUENOS AMIGOS QUE VINIERON A DESPEDIRNOS: DAVID, MARTA Y MONTSE. DAVID Y MARTA ABRAZADOS A Y POR GERARDO Y MONTSE, COMO CASI SIEMPRE, DETRÁS DE LA CÁMARA DE SU IPAD. UNA ALEGRÍA INMENSA HABEROS VISTO ALLÍ.

          El primer día fuimos desde Vigo hasta Iruñela, un pequeño pueblo de la montaña Navarra. Allí fuimos acogidos en su casa por MariJose y los suyos, una parte de la larga familia que mi padre tiene en esa parte de España. El viaje fue pesado pero nada que ver con lo que nos iba a tocar vivir al día siguiente cuando tuviéramos que lidiar con los terribles atascos de las autopistas francesas. 

MARIMAR, GERARDO, YO, ESTELA Y VERO EN IRUÑELA. 
MARIJOSE, ALEJANDRO, ICIAR, PATXI Y LA PEQUEÑA HAIZEA, QUE SIGNIFICA VIENTO, NOS ABRIERON SU CASA. PARA CENAR ELLOS PONEN LAS TORTILLAS Y CHORIZOS Y NOSOTROS LAS EMPANADAS DE LA MADRE DE GERARDO. UNA PRECIOSA VELADA.


          El día 4 madrugamos para tratar de llegar a Albissola Marina antes de que se hiciera de noche. Por delante teníamos casi 1.200 kms, 1.156 según el Google Maps. En ellos estaba incluida la salida de España, el cruce de toda Francia y los primeros kilómetros de Italia. La teoría decía que... 1200 kms a 120 km/h = 10 horas, por tanto, si salíamos a las 7 en punto y parábamos lo estrictamente necesario, llegaríamos a Albissola entre las 6 y las 7 de la tarde. Ilusos de nosotros. No contábamos con los atascos de Pau, Toulousse, Narbonne, Montpellier, Nimes, Aix en Provence y Niza. Cuando llegamos a Albissola eran las diez de la noche y no sabíamos con qué cara presentarnos en casa de nuestra desconocida anfitriona, Antonia Visconti. Antonia es una peregrina amiga de Vito, peregrino también y buen amigo mío. Conocí a Vito el año 2005 cuando hice el Camino a pie desde Roncesvalles a Santiago con mi padre. El caprichoso destino quiso que, en esas mismas fechas, Vito conociera también a Antonia pero que yo, a pesar de estar en los mismos sitios los mismos días, no llegara a coincidir nunca con ella. Vito le habló a Antonia de nosotros y ella se lanzó al vacío y decidió darnos cobijo el día 14 de agosto cuando pasáramos cerca de su casa ya en plena peregrinación. La cuestión fue que, al hacer el plan de viaje Vigo-Roma, vi que nos coincidía la parada de la segunda noche muy cerquita de Savona así que, le eché morro y le envié este mensaje a Antonia:
Hola Antonia. Soy Javier, el amigo de Vito. He estado pensando mucho en tu generoso ofrecimiento de alojamiento para el día 14 de Agosto cuando pasemos por Albissola camino de Santiago procedentes de Roma pero...creo que es mucho abusar por nuestra parte. No sé como te atreves a abrirnos tu casa sin conocernos de nada. Así que... te hago una proposición: ¿qué te parece si nos das cobijo el día 4 de Agosto cuando pasemos con el coche hacia Roma? Así podrás conocernos y decidir si quieres dejarnos quedar contigo cuando pasemos de nuevo el 14, ¿qué te parece?
          No tardó en responder diciendo que sí, que por supuesto (luego confesó que no me había entendido del todo bien, que había creído que simplemente cambiábamos el 4 por el 14). Cuando llegamos, avergonzados por hacerlo tan tarde, enseguida nos hizo sentir como en nuestra propia casa. Se portó con nosotros como la más generosa de la hospitaleras del mejor albergue del Camino. 


CENAMOS CON ANTONIA Y UMBERTO, SU NOVIO. DORMIMOS COMO MARAJÁS Y DESAYUNAMOS COMO SI ESTUVIÉRAMOS EN UN HOTEL DE 5 ESTRELLAS. ELLOS FUERON LOS PRIMEROS ÁNGELES DE UN CAMINO CON MUCHOS ENCUENTROS CELESTIALES.

Y GERARDO, CÓMO NO, NO TARDÓ EN ENAMORARSE DE ANTONIA

          Al día siguiente volvimos a madrugar porque queríamos llegar pronto a Roma. Por la tarde teníamos que ir al Vaticano a recoger las invitaciones para la recepción con el Papa Francisco. Sí sí,... no estoy bromeando. Uno de los motivos principales, sino el único por el que Gerardo quería ir a Roma, era conocer al Papa. Durante los meses previos al viaje hicimos todo tipo de gestiones para conseguir estar en la recepción de los miércoles, esa en la que el Papa recibe a los peregrinos (y también a los turistas, por qué no) que acuden a Roma y que, de ese modo, mi amigo pudiera estrechar la mano de Su Santidad, Francisco I. 


CONSEGUIMOS UNA CARTA DE RECOMENDACIÓN DEL
RESPONSABLE DE LA PASTORAL SALESIANA DE VIGO...
...Y OTRA DE DON LUIS QUINTEIRO,
OBISPO DE LA DIÓCESIS TUY-VIGO.

          Obtuvimos y mantuvimos una entrevista con monseñor Carballo, una de las "manos derechas" del Papa, Ministro General de la Orden de Frailes Menores y Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Estuvimos con él cuando vino a Vigo a predicar en la novena del Cristo de la Victoria. Pero, entre nosotros, demasiado título para el poco caso que nos hizo.
          Mi compañero de trabajo Michel se hizo con la dirección de Twitter del Papa Francisco y le envió casi media docena de mensajes pero, por la ausencia de respuesta, suponemos que no lograron pasar el filtro de su secretwittario.
          Así que, como a pesar de tanta recomendación seguíamos a dos velas y veíamos la cosa chunga, me puse a rebuscar en internet y me enteré de que se podía enviar por correo ordinario una solicitud al Vaticano para pedir invitaciones para la recepción de marras. Había que escribir a... 


Prefettura della Casa Ponteficia 

00120 - Città del Vaticano 

          De modo que, para asegurar un poco nuestras opciones, descargué el formulario de la página del Vaticano, lo cumplimenté y lo envié por carta explicando quienes éramos y por qué queríamos asistir a la recepción. A los pocos días recibí la respuesta también por correo postal.

CUANDO RECIBIMOS ESTA CARTA NOS PUSIMOS LOCOS DE CONTENTOS.
POR  FIN TENÍAMOS ASEGURADO EL SALUDO DE GERARDO AL PAPA. EL OBJETIVO MÁS IMPORTANTE DE TODO EL MONTÓN DE TRABAJO QUE LLEVÁBAMOS HECHO ESTABA CONSEGUIDO.

          Así pues, a las siete en punto de la mañana estábamos de nuevo en la furgoneta para el último tramo del viaje. Aún nos quedaban 545 kms por delante y teníamos que llegar al albergue antes de las 13:00 porque a esa hora cerraban y no volvían a abrir hasta las 17:00. Vito había arreglado que nos encontráramos con Bárbara, su novia de Roma, en la entrada de la plaza de san Pedro. Teníamos que llamarla por teléfono cuando estuviéramos a 50 kms del final para fijar la hora del encuentro. A pesar de su casi inexistente conocimiento del español y nuestro nulo del italiano, conseguimos quedar a las 12:30 en la Vía de la Conciliazione, calle de Italia que desemboca en el Estado Vaticano. 
          Eran las 12:45 y Bárbara todavía no había aparecido. Lógicamente, estábamos histéricos. Ya nos veíamos tirados en la calle hasta las cinco de la tarde. Afortunadamente tenía el teléfono del albergue y llamé para decirles que ya estábamos en Roma y que en breve llegaríamos allí, que por favor nos esperaran un momento si nos retrasábamos. La chica de recepción fue extraordinariamente amable y nos dijo que no nos preocupáramos, que nos esperaría. De todos modos, por si acaso, MariMar y Alberto se fueron a pie a la Vía Vincenzo Ambrosio, lugar en el que se encontraba nuestro albergue, el Centro Pellegrini Sta Teresa Couderc. La idea era que hicieran el ingreso y cogieran las llaves para asegurarnos el descanso por si Bárbara seguía retrasándose. 
          Al poco de marcharse nuestros compañeros vimos llegar a una mujer a la que, en un primer vistazo, calificamos como un gran manojo de nervios sudando a chorros que viajaba dentro de un cuerpo grande montado en una moto pequeña. Era la novia de Vito y, en cuanto la conocimos, entendimos porque no podía ser más pequeña. De haberlo sido, de no haber tenido el cuerpo tan grande, no le hubiese cogido el corazón en el pecho, porque Bárbara era, es, porque sigue siéndolo, todo sonrisas, cariño y amabilidad. 
          Se disculpó por llegar tarde y, casi sin saludarnos, salimos volando hacia el albergue. Ella iba delante en su scooter y nosotros la seguíamos en la furgoneta. Faltaba sólo un minuto para la hora de cierre cuando llegamos. Bendita Bárbara.
          Pero...


TANTAS HORAS SENTADO EN LA FURGONETA HABÍAN HECHO MELLA EN GERARDO. CUANDO SUBIMOS A LA HABITACIÓN, DESPUÉS DE LA DUCHA, VIMOS QUE TENÍA EL PIE DERECHO HINCHADO COMO UNA PELOTA. LO CIERTO ES QUE NOS ASUSTAMOS UN MONTÓN PORQUE HACÍA UNOS MESES QUE HABÍA TENIDO UNA PEQUEÑA FLEBITIS Y NO QUERÍAMOS PENSAR EN TENER QUE BUSCAR UN HOSPITAL Y QUE EL POBRE TUVIERA QUE SER INGRESADO. HABLAMOS CON SU HERMANA CRIS, QUE ES ENFERMERA, Y NOS DIJO QUE LE DIÉRAMOS UNA ASPIRINA PARA LA CIRCULACIÓN Y LE LEVANTÁRAMOS EL PIE, QUE PROBABLEMENTE NO FUERA NADA SERIO. ASÍ LO HICIMOS Y, AFORTUNADAMENTE, AL DÍA SIGUIENTE ESTABA COMO NUEVO.

          Llevábamos casi una hora en el albergue cuando finalmente llegaron MariMar y Alberto. Entre que las distancias que habíamos intuido en el mapa no tenían nada que ver con la realidad y que se habían perdido un poco, nuestro plan de emergencia para llegar a tiempo al alojamiento nos había salido como un tiro por la culata. 


ESTELA, VERO Y BÁRBARA FUERON A BUSCAR COMIDA MIENTRAS
GERARDO Y YO NOS DUCHÁBAMOS. CUANDO REGRESARON
SALIMOS AL JARDÍN Y NOS PUSIMOS LAS BOTAS DE PIZZA Y FRUTA.
UNA DELICIA EL PRIMER CONTACTO CON LA COMIDA ITALIANA.

          Después de comer, siguiendo las instrucciones de Cristina, acostamos a Gerardo con la pierna elevada sobre cojines para que se le fuera desinflamando. Yo me quedé con él para cuidarlo y para trabajar un rato en la historia de ese 6º Discamino que estaba a punto de empezar. Cada día trataba de escribir una pequeña crónica que colgaba en el Facebook con la idea de pasarla después a este blog; ¿por qué hacerlo así y no directamente? Pues porque con el Facebook consumía menos cantidad de datos de internet que con el blog y no estaba la cosa para despilfarrarlos. 
          El resto del grupo marchó hacia la plaza de san Pedro para ir al Portone de Bronzo del Palacio Apostólico a recoger las invitaciones para la recepción del día siguiente. Iban emocionados ante la perspectiva de un paseo por Roma pero resultó que, después de todo, de todas las vueltas que habíamos dado, de las diferentes peticiones escritas, de las reuniones con el enviado de Roma a la novena del Cristo de la Victoria de Vigo, de los correos y las cartas al y del Vaticano, de los Twitters,... después de todo eso, resultó que las invitaciones que había que recoger para asistir a la recepción con Su Santidad no eran más que fuegos de artificio. 
          Estela, Marimar, Vero y Alberto, guiados por Bárbara, llegaron a la plaza de San Pedro con la carta que nos envió el personaje de turno de la curia papal, "su excelencia" el prefecto Georg Gänswein. Buscaron el sitio en cuestión y, se dirigieron al guardia suizo que custodiaba la Prefectura. Le mostraron la carta y le preguntaron a quien debían dirigirse. El hombre, tras echar un vistazo al papel, les dijo que no existían tales invitaciones, que la oficina en la que había que recogerlas estaba cerrada (y lo estaba, porque la vieron) y que, si queríamos ver al Papa al día siguiente, tendríamos que hacer cola igual que las jovencitas en los conciertos, es decir, personarnos allí a las 6 de la mañana para buscar la suerte de estar entre los elegidos cuando abrieran las puertas a las 10:30. Gerardo había dormido 4 horas la noche anterior y tenía un pie hinchado de estar tanto tiempo sentado en la furgoneta así que... ¿sería prudente levantarse a las 5:00 de la madrugada y hacer cuatro horas y media de cola? Lo cierto es que no lo sabíamos aunque lo más probable fuera que no. En aquel momento de rabia y decepción busqué fotos del Papa Francisco y colgué en el Facebook la peor que encontré, acompañada de estas palabras:


NO SÉ. LO VAMOS A MADURAR ESTA NOCHE Y YA OS LO CONTAREMOS. ¿A QUÉ TANTO ROLLO CON LAS PUÑETERAS INVITACIONES? PODEMOS PENSAR QUE EL GUARDIA SUIZO ES UN "MALANDRÍN" QUE NOS QUIERE JODER PERO... NO, LA MONJITA SOR "NO SÉ QUÉ" LO HA CONFIRMADO: "VERLO LO VERÁ, PERO TENDRÁ QUE VENIR A LAS 6 DE LA MADRUGADA."  SÍ SOR, VERLO LO VERÍA, SI NO FUERA CIEGO...NO TE JODE. EN FIN, A VER QUÉ PASA

          Todo esto lo supe y lo pensé mientras trataba de escribir algo en el ordenador aprovechando el WiFi del albergue. Digo trataba porque, como he dicho en más de una ocasión, y él mismo no se corta un pelo en admitirlo cuando se presenta a la gente que asiste a alguna de nuestras conferencias, Gerardo no para de hablar ni debajo del agua y ese día no iba a ser diferente. Pensé que estaría agotado del viaje y que se metería una buena siesta entre pecho y espalda pero... ni hablar. Según parecía, su "oigo poco, veo poco, hablo mucho" aquella tarde se iba a quedar bastante corto de valoración en lo tocante al habla. Parecía un disco rallado queriendo saber cada detalle de lo que había pasado durante el viaje, lo que estaban haciendo los demás en esos momentos, especialmente su querida Mar, lo que íbamos a hacer al día siguiente y el otro y el otro..., la hora en la que veríamos al Papa (pobre iluso), desde donde empezaríamos a pedalear, qué íbamos a cenar, donde desayunaríamos al día siguiente,...y un millón de cosas más. Cuando recibí la llamada y me enteré de lo que pasaba, empecé a cabilar buscando soluciones y sólo encontré dos: 
               - ir a hacer la dichosa cola a sabiendas de que sería prácticamente imposible ser los primeros y acceder al Papa 
                  - o buscar un Papa alternativo para que Gerardo no se llevara la mayor desilusión de su vida. 

          Sé que a alguien le puede parecer hasta blasfemo pero, la verdad, me tiene sin cuidado. Decidí que al día siguiente me levantaría y conseguiría algo que fuera lo más parecido a una túnica blanca y un anillo gordo, todo para que mi colega pudiera confundirlos con las cosas del Papa. Cuando lo tuviera, saldríamos todos juntos del albergue, daríamos una vuelta en la furgoneta, pararíamos cerca de una iglesia, bajaríamos a Gerardo, me pondría la túnica y el anillo, entraríamos en la iglesia para tener el olor, el frescor y la penumbra adecuados y, tras hacerle esperar un rato, "haríamos que Gerardo tocara al Papa y que el Papa le  diera la bendición". 
          Estaba acabando de darle vueltas al plan cuando sonó mi teléfono. Era MariMar.


- Javi, corre, copia esta dirección de correo electrónico y manda un e-mail diciendo que lo escribes de parte de una familia argentina que te ha facilitado el contacto y en el correo explica lo que ha pasado.
- ¡¡¿Qué?!! ¡¡¿Qué dices?!!
- Hazme caso. Tú mándalo. Es de un monseñor y dicen que nos va a ayudar a entrar mañana a la recepción.
- ¿¡¡¡Quién dice eso!!!?
- Ya te lo contaré. Ahora escribe el e-mail, corre.
- Estáis como putas cabras. ¿Tú crees que nos va a contestar un monseñor y que va a arreglar este lío en este rato que queda hasta la noche?
- Yo que sé, pero no perdemos nada, ¿no? -insistió mi hermana.

          Total, que lo escribí: 

Estimado padre. Le escribo porque una familia argentina, que al parecer le conoce a usted bien, me ha dado su correo electrónico.Somos de Vigo, España y hemos venido a Roma para ir desde aquí en peregrinación a Santiago de Compostela como hizo hace 800 años san Francisco. Con nosotros llevamos a un joven sordo ciego que tiene una ilusión loca por conocer a Su Santidad. Hicimos gestiones con el Vaticano y nos enviaron una carta para retirar hoy unas invitaciones para asistir a la recepción de los miércoles, pero nos acaban de decir que no existen tales invitaciones y que si queremos ver al Papa tendremos que estar haciendo cola desde las 6 de la mañana en la plaza de san Pedro para estar entre los elegidos cuando abran las puertas de no sé que salón. Gerardo, el chico sordo-ciego, va a pedalear en un triciclo con nosotros pero no puede estar otra noche sin dormir en condiciones (hoy durmió 4 horas por el viaje en furgoneta), ni hacer una cola de 5 horas sentado porque durante el trayecto hasta Roma se le hinchó una pierna de ir tanto tiempo en esa posición sin moverse. Nos han dicho que le escribamos y que nos contestará algo. Le saludo con respeto y espero con impaciencia. Javier Pitillas.
          Y, efectivamente, antes de finalizar el día, nos respondió:

Preséntense mañana a las 8:30 en la Puerta de Santa Ana, entre los argentinos. Un guardia tendrá una lista con su apellido.

A LAS 08:15 NOS PUSIMOS A UNA COLA DE MÁS DE CIEN PERSONAS. EN TORNO A LAS 09:00, UNOS GUARDIAS DE PAISANO ABRIERON EL PORTÓN Y EMPEZARON A COMPROBAR NOMBRES Y DOCUMENTOS DE IDENTIDAD EN EL ORDEN DE LA FILA. TRAS MÁS DE MEDIA HORA INTERMINABLE LLEGAMOS POR FIN A LA PUERTA. EL GUARDIA ME PREGUNTÓ EL NOMBRE Y ME PIDIÓ LA DOCUMENTACIÓN. LE DIJE QUE ME LLAMABA JAVIER PITILLAS. SIN MIRAR LA LISTA RESPONDIÓ: "AH, SÍ. USTED ES EL ÚLTIMO. ACABAN DE ANOTARLO AHORA MISMO. ¿CUÁNTOS SON USTEDES?" 
LE DIJE QUE ÉRAMOS 7 Y ME DIO 7 PASES. 

BENDITO SEA, MONSEÑOR KARCHER, PENSÉ.

EL PAPA SE NOS ACERCÓ Y LE COGIÓ UNA MANO AL TIEMPO QUE LE IMPONÍA LA OTRA PARA BENDECIRLO. GERARDO LE DIJO QUE VEÍA POCO, OÍA POCO Y HABLABA MUCHO Y QUE ERA UN PEREGRINO AVENTURERO QUE SE IBA A SANTIAGO EN BICICLETA. CUANDO FRANCISCO SUPO QUE GERARDO ERA SORDO CIEGO, UNIÓ SU CABEZA A LA DEL PEREGRINO AVENTURERO Y REZÓ. 
FUE UN MOMENTO EMOCIONANTE, IMPOSIBLE AGUANTAR LAS LÁGRIMAS Y MÁS CUANDO, AL QUEDARNOS SOLOS DE NUEVO, MI AMIGO ME PREGUNTÓ: "JAVIER, ¿AHORA ME CURARÁ LOS OJOS Y PODRÉ VER Y OÍR OTRA VEZ." TRISTE TENER QUE DECIRLE QUE NO. HABRÁ QUE VOLVER A ROMA PORQUE ESTA VEZ EL MILAGRO FUE PODER ESTAR CON EL PAPA Y CREO QUE SÓLO HAY UNO EN CADA VISITA A LA CIUDAD SANTA.

          En cuanto nuestros amigos y familiares supieron que finalmente habíamos estado con el Papa Francisco y que Gerardo había sido bendecido por él, empezamos a recibir mensajes dándonos la enhorabuena y diciendo lo magnífico y estupendo que era yo por haber conseguido hacer realidad lo imposible. Esos mensajes me llenaron de vergüenza porque había sido mi hermana MariMar y no yo quien había logrado estar aquel día en la sala Pablo VI. Esto fue lo que sucedió:


COMO YA ESCRIBÍ, DIJERON QUE LA INVITACIÓN NO EXISTÍA. MI HERMANA DISCUTIÓ, ARGUMENTÓ, LLORÓ...Y CONSIGUIÓ QUE EL GUARDIA TITUBEARA Y FUERA A CONSULTAR CON UN SUPERIOR. TESTIGO DE TODO ESO FUE UNA FAMILIA ARGENTINA QUE NO HABÍA PODIDO ENTRAR AL VATICANO PORQUE LA ABUELA LLEVABA UN VESTIDO SIN MANGAS. MARIMAR LE HABÍA OFRECIDO SU CHAQUETA PARA QUE PUDIERA ACCEDER PERO NO LA ACEPTARON PORQUE LA NIETA, QUE IBA EN PANTALÓN CORTO, TAMPOCO PODÍA ENTRAR. EL GUARDIA REGRESÓ CON LA MISMA RESPUESTA: "USTEDES NO ESTÁN EN LA LISTA". MI HERMANA VOLVIÓ A LLORAR PERO SUS LÁGRIMAS NO LOGRARON SOLUCIONAR NADA. IBA A MARCHARSE YA, CUANDO LA FAMILIA ARGENTINA LE LLAMÓ Y LE DIJO: "ENVÍA UN CORREO A ESTA DIRECCIÓN EXPLICANDO LO QUE OS HA PASADO Y SEGURO QUE TE CONTESTAN." LO DEMÁS YA LO SABÉIS. AL DÍA SIGUIENTE COINCIDIMOS EN LA COLA CON AQUELLA FAMILIA. NOS ABRAZAMOS Y LES DIMOS MIL VECES LAS GRACIAS. 
SIEMPRE QUE HABLO DE  ELLO LO LLAMO "EL MILAGRO DE LA CHAQUETA".




YA SÓLO NOS QUEDABA PEDALEAR